
Ruta de los 6 molinos en Formentera
Descubre la ruta de los 6 molinos de Formentera. Un paseo entre historia rural, vistas espectaculares y tradiciones locales.
Molinos de Formentera: patrimonio en forma de viento
Los molinos forman parte del paisaje rural de Formentera desde hace siglos. Usados para moler cereal, son un símbolo de la vida campesina que dominaba la isla mucho antes de la llegada del turismo. Hoy, aunque ya no funcionan, siguen en pie como testigos del pasado.
La ruta de los 6 molinos es una forma sencilla y bonita de recorrer la isla, de pueblo en pueblo, y de entender mejor cómo era la vida aquí hace no tanto tiempo.
Los seis molinos de Formentera
1. Molí Vell de la Mola: el más emblemático de Formentera
El Molí Vell de la Mola es sin duda el molino más famoso de Formentera. Situado en el punto más alto de la isla, en el pueblo de El Pilar de la Mola, ofrece unas vistas espectaculares del paisaje circundante. Este molino de viento, que data del siglo XVIII, ha sido restaurado y se puede visitar por dentro, permitiendo conocer de cerca su mecanismo original de molienda. Es una parada imprescindible para los amantes de la historia y la fotografía. Además, la visita se puede combinar con el famoso mercadillo artesanal de La Mola, que se celebra durante los meses de verano.

Fuente: Noudiari.es
2. Molí d’en Mateu: un molino silencioso
A poca distancia del Molí Vell encontramos el Molí d’en Mateu. Aunque actualmente no está abierto al público, su estructura exterior bien conservada permite imaginar su importancia en el pasado agrícola de la isla. Es un bonito punto para hacer fotografías al atardecer, cuando la luz cálida realza su silueta sobre el paisaje.

Fuente: Turismoenlared.es
3. Molí d’en Teuet: uno de los más antiguos de la isla
En la localidad de Sant Ferran de ses Roques se encuentra el Molí d’en Teuet, considerado uno de los molinos de viento más antiguos de Formentera. Su aspecto sobrio y su ubicación, algo más alejada de las rutas turísticas habituales, lo convierten en un lugar ideal para los viajeros que buscan rincones tranquilos y auténticos.
Autor: Consell de Formentera
4. Molí d’en Jeroni: el vecino del Teuet
También cerca de Sant Ferran se halla el Molí d’en Jeroni, otro ejemplo del pasado agrícola de la isla. Aunque no se puede visitar por dentro, su estructura aún se mantiene en pie, ofreciendo una bonita estampa rural. La cercanía entre ambos molinos permite visitarlos en un agradable paseo a pie o en bicicleta, muy recomendable para los amantes de las rutas slow.

Fuente: Turismoenlared.es
5. Molí d’en Botigues: en el corazón de Es Mal Pas
Ubicado en la tranquila zona de Es Mal Pas, el Molí d’en Botigues es otro de los tesoros ocultos de Formentera. Aunque no es tan conocido como el Molí Vell, merece una visita para descubrir su encanto en un entorno natural aún poco transitado.

Fuente: Periodicodeibiza.es
6. Molí d’en Simon: cerca de Sant Francesc Xavier
Por último, el Molí d’en Simon, situado en las cercanías de Sant Francesc Xavier, la capital de la isla, es otro vestigio de la tradición molinera formenterense. Si visitas el pueblo para recorrer sus tiendas, cafeterías y la iglesia fortificada, no dudes en acercarte al molino para completar tu recorrido cultural.
Cómo hacer la ruta de los molinos en Formentera
Puedes hacerla en bici o en coche, pero si tienes tiempo, lo ideal es combinar caminatas con tramos en vehículo. El recorrido no está marcado como ruta oficial, pero con un mapa o GPS es fácil ubicar cada molino.
No se trata solo de ver los molinos, sino de disfrutar el trayecto entre uno y otro: caminos de tierra, campos abiertos, olor a sabina y silencio.
¿Se pueden visitar los molinos de Formentera?
El único que suele abrir al público en temporada alta es el Molí Vell de la Mola. Dentro encontrarás la maquinaria original y una pequeña exposición. El resto son propiedades privadas o estructuras exteriores conservadas.
Un plan perfecto para un día tranquilo en Formentera
Es una ruta ideal para quienes quieren algo diferente, más allá de playa. Se puede combinar con visitas a mercados, paradas en bares de pueblo y, si te organizas bien, incluso terminar el día en la costa.
Algunos visitantes prefieren verlo todo desde otra perspectiva: el mar. Muchos molinos están cerca de acantilados o zonas de costa. El alquiler de barcos en Formentera te permite trazar tu propio recorrido, ver la isla desde fuera y luego acercarte por tierra.
Molinos que cuentan historias
Cada molino tiene su historia, su familia, su función. Están ahí desde antes de que hubiera hoteles, motos o barcos turísticos. Caminar junto a ellos es asomarse a otra Formentera. Una más callada, más sencilla, pero igual de viva.